Desde que tengo uso de razón siempre he estado montado en una bicicleta. Desde aquel triciclo con el asiento de sky rojo con el que corría por el pasillo de la casa de mis padres -algún día recuperaré alguna foto para este blog- hasta la GAC Zeleris cuyo esqueleto cuelga en el balcon, ahora de mi propia casa, y que algún día acabaré de restaurar.
La bicicleta ha estado presente en todas las etapas de mi vida y todavía hoy me hace compañía, a diario, siéndome útil transportándome al trabajo, fortaleciendo mis maltrechas rodillas y manteniéndome cercano a un estado de forma aceptable. Ahora le rendiré homenaje en este blog.
Bienvenidos!.
Felicidades por la inauguración.
ResponderEliminarEvita