Se llama Nuestra señora de Dorleta y en 1960, tres cicloturistas vascos peregrinaron a Roma y consiguieron del papa de turno que la bendiciera como patrona de los ciclistas españoles. De un papa seguidor de Bartoli no les costó mucho convencerlo, dicen.
Esta patrona tiene su santuario en el Alto de Arlaban (587m) en Salinas de Léniz (Guipúzcoa) y un kilómetro antes de coronar hay un "santutxo" en el que muchos ciclistas y clubs llevan ramos de flores ganados, maillots y ofrendas en busca de divina protección.
"María, Reina del mundo, protege a la tierra recorrida en todas la direcciones por los ciclistas amantes de la naturaleza" |
Yo no conozco el lugar pero me acaba de hacer ilusión visitar el Alto de Arlaban algún día.
Fuente: Jordi Escrihuela
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